Ciencias de la Educación

23 de marzo de 2018

El rol de la autoevaluación y la evaluación por pares en la autorregulación del aprendizaje

Para ayudar a los estudiantes a aprender, es importante brindarles oportunidades para desarrollar y utilizar sus habilidades de autorregulación (Zimmerman, 2002).

Alexis A. López

Educational Testing Service

Para ayudar a los estudiantes a aprender, es importante brindarles oportunidades para desarrollar y utilizar sus habilidades de autorregulación (Zimmerman, 2002). La autorregulación es una parte central del proceso de aprendizaje (Carless, Salter, Yang y Lam, 2011) y se puede definir como un proceso activo y constructivo mediante el cual los estudiantes establecen objetivos de aprendizaje y luego monitorean, regulan, y controlan sus conductas y procesos de cognición (Pintrich, 2000).

El proceso de autorregulación requiere que los estudiantes identifiquen y establezcan objetivos de aprendizaje y desarrollen un plan de acción para alcanzarlos (Pintrich, 2000; Zimmerman, 2002). Los estudiantes también necesitan decidir las estrategias de aprendizaje que se pueden usar y los métodos que se pueden emplear para monitorear sus avances (Pintrich, 2000). Posteriormente, los estudiantes deben monitorear sus conductas y procesos cognitivos (Zimmerman, 2002). Esto implica que los estudiantes deben evaluar lo que están haciendo y decidir si es necesario hacer cambios. Por ejemplo, si deben usar estrategias de aprendizaje diferentes, si tienen que cambiar su entorno físico y social (p. ej. encontrar un lugar más tranquilo para estudiar, buscar otra persona con quién estudiar), si deben manejar su tiempo de manera más eficiente (p. ej. invertir más tiempo estudiando), o si requieren de ayuda adicional (p. ej. hacer más ejercicios, tener tutoría con docente o compañero). Finalmente, los estudiantes deben reflexionar sobre sus desempeños y emitir juicios sobre lo que aprendieron y ya pueden hacer y las áreas que necesitan mejorar (Pintrich, 2000).

Los docentes juegan un papel importante apoyando a sus estudiantes en el desarrollo de habilidades específicas que les permitan autorregular su propio aprendizaje (Zimmerman y Schunk, 2001). Por ejemplo, los profesores pueden ayudar a los estudiantes a establecer objetivos de aprendizaje y les pueden enseñar diferentes estrategias de aprendizaje. Otra manera en que los docentes pueden ayudar a sus estudiantes a desarrollar sus habilidades de autorregulación es mediante el uso de la autoevaluación y evaluación por pares.

La autoevaluación se refiere a la evaluación que los estudiantes hacen de sus propios desempeños, y su objetivo es permitir que ellos sean conscientes de su propio aprendizaje (Boud y Soler, 2016). La autoevaluación es un proceso de evaluación formativa durante el cual los estudiantes reflexionan sobre sus aprendizajes y juzgan el grado en que sus desempeños reflejan los criterios de calidad o excelencia previamente establecidos, identifican fortalezas y debilidades en sus desempeños, y toman decisiones encaminadas a mejorar sus aprendizajes (Andrade & Du, 2007). La evaluación por pares, por otra parte, puede definirse como un proceso mediante el cual los estudiantes participan activamente en diálogos relacionados con sus aprendizajes y requiere que los estudiantes proporcionen retroalimentación a sus compañeros sobre su desempeño, basado en los criterios de calidad preestablecidos (Falchikov, 2005).

Algunos autores mencionan que existe una relación entre la autoevaluación y la evaluación por pares. Por ejemplo, los estudiantes pueden autorregular su aprendizaje utilizando sus propios comentarios y los comentarios de sus compañeros. De hecho, la autoevaluación se puede mejorar cuando los estudiantes interactúan entre sí y pueden reflexionar sobre lo que se ha hecho (Boud y Soler, 2016). Nicol y MacFarlane-Dick (2006) afirman que proporcionar retroalimentación entre pares puede ayudar a los estudiantes a desarrollar objetividad en relación con los criterios de calidad y esto podría ayudarlos a desarrollar su capacidad para evaluar sus propios desempeños. De igual manera, la evaluación por pares puede utilizarse para fomentar el aprendizaje colaborativo a través del intercambio de ideas sobre lo que están aprendiendo y de sus dificultades de aprendizaje.

Para concluir, podemos afirmar que la autoevaluación y la evaluación por pares son un componente importante en los modelos de aprendizaje autorregulado ya que facilitan que los estudiantes asuman un papel más activo en su propio aprendizaje, al requerirles que identifiquen y apliquen criterios de calidad o excelencia (Butler y Winne, 1995; McDonald & Boud, 2003; Zimmerman, 2002). A continuación, se enumeran unas recomendaciones que los docentes pueden seguir para implementar la autoevaluación y evaluación por pares orientadas a promover el desarrollo de las habilidades de autorregulación de sus estudiantes.

Tener objetivos de aprendizaje claros y accesibles, y proporcionar criterios de calidad que indiquen claramente lo que los estudiantes deben hacer para alcanzar los objetivos de aprendizaje.
Permitir que los estudiantes reflexionen sobre sus aprendizajes y que comparen sus desempeños o los desempeños de sus compañeros con los criterios de calidad previamente establecidos (autoevaluación y evaluación por pares).

Facilitar que los estudiantes utilicen la autoevaluación y evaluación por pares para identificar sus fortalezas (lo que saben y pueden hacer) y las áreas que necesitan mejorar.
Promover que los estudiantes desarrollen un plan de acción y tomen decisiones enfocadas a mejorar sus aprendizajes.

Proveer recursos y estrategias pedagógicas que los estudiantes puedan usar para mejorar sus aprendizajes.

Referencias

Andrade, H., & Du, Y. (2007). Student responses to criteria-referenced self-assessment. Assessment and Evaluation in Higher Education, 32(2), 159-181.
Boud, D., & Soler, R. (2016). Sustainable assessment revisited. Assessment & Evaluation in Higher Education, 41(3), 400-413.
Butler, D. L., & Winne, P. H. (1995). Feedback and self-regulated learning: A theoretical synthesis. Review of Educational Research, 65(3), 245-281.
Carless, D., Salter, D., Yang, M., & Lam, J. (2011). Developing sustainable feedback practices. Studies in Higher Education, 36(4), 395-407.
Falchikov, N. (2005). Improving assessment through student involvement. London:
Routledge Falmer.
McDonald, B. & Boud, D. (2003). The impact of self-assessment on achievement: The effects of self-assessment training on performance in external examinations. Assessment in Education, 10, 209-220.
Pintrich, P. R. (2000). The role of goal orientation in self-regulated learning. In M. Boekaerts, P. R. R. Pintrich, & M. Zeidner (Eds.), Handbook of self-regulation (pp. 451-502). San Diego, CA: Academic.
Zimmerman, B. J. (2002) Becoming a self-regulated learner: An overview. Theory Into Practice, 41(2), 64-70.
Zimmerman, B. J., & Schunk, D. H. (Eds.). (2001). Self-regulated learning and academic achievement: Theoretical perspectives (2nd ed.). Mahwah, NJ: Erlbaum.