Ciencias de la Educación

23 de marzo de 2018

El ir y venir en el pensar y repensar: un ejercicio evaluativo

La evaluación es quizás uno de los momentos de mayor trascendencia en el desarrollo del proceso de enseñanza aprendizaje y nos corresponde a los docentes la responsabilidad de desarrollarla, desde su planeación, hasta la ejecución y análisis de los resultados.

Yomaira Rocío Molina Castro

molyomisysofi@yahoo.com

La evaluación es quizás uno de los momentos de mayor trascendencia en el desarrollo del proceso de enseñanza aprendizaje y nos corresponde a los docentes la responsabilidad de desarrollarla, desde su planeación, hasta la ejecución y análisis de los resultados.

El ejercicio evaluativo sobre el que se ha venido trabajando desde hace varias semanas tuvo como inicio las orientaciones recibidas a partir del cambio de modelo Educativo en la IED Bruselas del municipio de Ubaté. Esta es una apuesta ambiciosa que se viene desarrollando desde el año 2017, que ha debido sortear todo tipo de obstáculos, pero que también ha promovido entre algunos docentes y me incluyo, la curiosidad, la expectativa de hacer un algo diferente que transforme las prácticas que por tanto tiempo se llevaban a cabo sin ninguna modificación.

Recuerdo aún como, con el fin de evaluar un conocimiento en el área de matemáticas hace tan solo tres años, se explicaba la temática de pie junto al tablero, se repetía dos y hasta tres veces un procedimiento y luego con la mayor premeditación se planeaba un instrumento con preguntas que buscaban confirmar los conocimientos de los estudiantes. Aunque a este punto hoy cuestiono el tipo de conocimiento que en ese tipo de procesos se buscaba medir.  

Una vez los estudiantes se encontraban con el instrumento y el maestro con el resultado de este encuentro, los resultados no eran los más agradables: de 28 estudiantes en el mejor de casos 4 lograban sobrepasar con una valoración de 3.0 en una escala de 1 a 5 en adelante.

Esta situación la viví varias veces y la frustración era tan fuerte en quien recibía el resultado como en quien lo entregaba.  La llegada de la Educación Relacional nos ofrece un modelo que asume el proceso evaluativo como un permanente, que no se realiza al final del proceso, que por el contrario está en todo él. Aspecto similar a “La evaluación integrada al aprendizaje – denominada evaluación para el aprendizaje, (Kyale, 2007) – está orientada a la mejora y se ha utilizado como base para la evaluación formativa en la que se ofrecen, de forma continua, momentos de valoración, realimentación y metacognición” (Verdejo, P, Encinas, M, Trigos,  2010 p.14)

La educación relacional plantea una evaluación individual en la que mediante la observación permanente y el diálogo guiado por algunas preguntas previamente pensadas por el docente se busca que el estudiante reflexione, analice, relacione y exprese verbalmente o mediante sus creaciones sus conocimientos con la realidad. “La forma más útil de realimentación es proporcionar a los estudiantes comentarios específicos sobre su desempeño y sugerencias de mejora, orientando la atención al proceso de resolución o ejecución de las tareas” (Verdejo, P, Encinas, M, Trigos, 2010, p. 32).  Este tipo de realimentación se da en todas las etapas de la Educación Relacional y proporciona múltiples desarrollos en el estudiante, ya no son los procedimientos el centro de atención en las sesiones y evaluaciones de matemáticas, ahora hay espacio para el diálogo, para el conocimiento y reconocimiento de los avances, fortalezas y aspectos a mejorar de los estudiantes.

Estos planteamientos no siempre estuvieron tan claros, inicialmente la evaluación fue propuesta desde el planteamiento de las preguntas, sin contemplar la definición del objetivo, y mucho menos sin pensar en un mecanismo para hacer seguimiento y valoración a las respuestas recibidas, el primer acercamiento a la propuesta de evaluación era un tanto simplista y quizás cómoda.

Las rúbricas analíticas que contienen el desglose de los elementos a observar sirven para identificar en cada uno de ellos el nivel de logro y con ello establecer perfiles de fuerzas y debilidades para realimentar a los estudiantes. (Moskai, 2003 citado por Verdejo, P, Encinas, M, Trigos, 2010, p.16). Retomando estas ideas y las retroalimentaciones de los compañeros quienes se muestran interesados por una forma diferente de evaluar, se creó un instrumento que busca dar fiabilidad al proceso evaluativo que antes parecía desestructurado, y que ahora da cuenta de los aspectos que se desean observar en el estudiante y ubica los aprendizajes de los estudiantes en un nivel de logro de acuerdo a la Escala Nacional de Desempeños.

Este proceso de ir y venir de lo tradicional a lo relacional y viceversa logró enriquecer las concepciones sobre evaluación, principalmente a partir de la lectura de “Estrategias para la evaluación de aprendizajes complejos y competencias” (Verdejo, P, Encinas, M, Trigos, 2010) documento que permitió la articulación de una nueva forma de evaluación con una estructura lógica y estructurada que garantiza la fiabilidad del proceso.

Veo ahora cómo la evaluación es uno de los grandes retos de la educación relacional en las IED donde actualmente se implementa, dadas las resistencias tan fuertes que existen entre todos los miembros de las comunidades educativas y sobre todo dados los alcances de la propuesta, pues considero que la evaluación relacional realmente se acerca a una evaluación integral que busca que el estudiante fortalezca sus procesos, mejore sus aprendizajes y crezca como ser humano integral.

Vale la pena también reflexionar sobre la necesidad de revisar las prácticas evaluativas que llevamos a cabo en la cotidianidad de las aulas, muchas de ellas cargadas por la falsa necesidad de diagnosticar conocimientos procedimentales que no son el todo en la formación del conocimiento que, si bien son importantes y desarrollan algunas habilidades en los estudiantes, no atiende de forma suficiente a procesos de argumentación y pensamiento complejo.

Hoy, gracias al repensar mi ejercicio evaluativo, declaro estar más comprometida con la implementación del modelo relacional en mi institución debido a que pude evidenciar como posibilita una evaluación realmente formativa y lejana a los tediosos y frustrantes procesos de la medición tradicional

BIBLIOGRAFÍA  

Verdejo, P (Coord.), Encinas, M, Trigos, L. (2010) Estrategias para la evaluación de Aprendizajes complejos y competencias. Innova Cesal. Recuperado de http://www.innovacesal.org/innova_public_docs01_innova/ic_publicaciones_2012/pubs_ic/pub_03_doc03.pdf