Ciencias de la Educación

21 de marzo de 2017

Competencias del Siglo 21

El avance tecnológico y los cambios en la cultura les exigen cada vez más a las personas que habitan en la sociedad. Duncan y Murnane (2014) en su libro “Restoring Opportunity: The Crisis of Inequality and the Challenge for American Education”, describen los cambios que ha sufrido la sociedad de los Estados Unidos entre las dos últimas generaciones y, aunque el paralelo con lo que ha ocurrido en Colombia no es perfecto, sí hay varios cambios de estos que son pertinentes para Colombia.

Luis Felipe Martínez

El avance tecnológico y los cambios en la cultura les exigen cada vez más a las personas que habitan en la sociedad. Duncan y Murnane (2014) en su libro “Restoring Opportunity: The Crisis of Inequality and the Challenge for American Education”, describen los cambios que ha sufrido la sociedad de los Estados Unidos entre las dos últimas generaciones y, aunque el paralelo con lo que ha ocurrido en Colombia no es perfecto, sí hay varios cambios de estos que son pertinentes para Colombia.

Uno de los cambios esenciales que ha vivido la sociedad estadounidense es que anteriormente era posible tener un mejor estándar de vida con un nivel educativo menor. Esto tiene que ver con que había posiciones laborales que ahora son más fáciles de automatizar. Una implicación adicional de este cambio, es que la naturaleza de las labores realizadas por los trabajadores ha cambiado. Para ilustrar esto con un par de ejemplos; hace unos años, para la producción industrial, era necesario que hubiera personas especializadas en partes específicas del proceso industrial y, aunque su labor no era particularmente compleja, sí había una ganancia asociada con la labor específica realizada por el empleado especializado en esta labor productiva para el empresario. Esta relación permitía que los empleados con este tipo de labores tuvieran unos ingresos suficientemente altos para tener un estilo de vida medianamente bueno. Ocurría algo semejante con el trabajo en secretariado; la persona que desempeñaba esta labor debía organizar la agenda y escribir cartas entre sus labores.

Con los avances de la tecnología, se hizo más rentable económicamente que los empresarios adquirieran máquinas para estas labores rutinarias o que usaran los servicios de agenda vinculados a servicios electrónicos para llevar sus cronogramas y tener notificaciones instantáneas en sus celulares con la anticipación que deseen. Esto exigió a las personas que desarrollaban estas labores a especializarse en otras más sofisticadas y, a la sociedad en general, a  fortalecer aquellas habilidades que no son programables en una máquina.

Por otro lado, el mundo ha sufrido grandes transformaciones en sus sistemas financieros, en sus medios de transporte y de comunicación. Las economías mundiales están más interconectadas que en cualquier otro momento de la historia de la humanidad y el acceso a los servicios financieros también se ha expandido significativamente. Adicionalmente, gracias a internet, es posible comunicarse de manera instantánea con personas en cualquier lugar del mundo.

Todas estas transformaciones sociales exigen un mayor esfuerzo por parte de las personas que habitan en la sociedad y por tanto, también representan una mayor exigencia sobre los sistemas educativos. Tener excelentes habilidades académicas, aunque permiten mayor calidad de vida, no bastan para garantizar mejor desempeño en la vida laboral de una persona. En el ámbito académico, los conocimientos sobre química, matemáticas, lenguaje y otras áreas, permiten grandes ventajas pero se quedan cortos cuando se comparan con, por ejemplo, el pensamiento crítico, creatividad, comunicación y colaboración¹. Por ejemplo; para lograr un acuerdo en un grupo de trabajo, no necesariamente es más importante tener los mejores conocimientos técnicos, sino  tener buenas habilidades de colaboración y comunicación que permitan tener en cuenta las prioridades de cada miembro y eviten conflicto innecesario.

Las escuelas, algunas veces, no hacen suficiente énfasis en otras habilidades esenciales para triunfar en la sociedad como lo son la  flexibilidad, la autonomía,las habilidades sociales e interculturales, la responsabilidad y la productividad². El desarrollo de estas habilidades permite que cualquier persona, independientemente de su entorno, tenga o adquiera las herramientas necesarias para buscar estabilidad y comodidad en la sociedad.

Con el fin de permitir que el sistema educativo se convierta en una fuerza que ayuda a romper la inequidad social, en vez de hacerla más marcada y permanente, es necesario que todas las escuelas, en especial las escuelas públicas urbanas que atienden a la población más vulnerable y las escuelas rurales en zonas dispersas, desarrollen estas habilidades. El desarrollo de las mismas permitirá que toda la población adquiera mayor conciencia del otro, acceda a mejores oportunidades laborales y desarrolle las habilidades necesarias para emprender en su propia empresa.

El desarrollo de habilidades del siglo 21 no es un proceso que se da de la noche a la mañana. Sin embargo, tampoco es un proceso que tenga una gran cantidad de prerrequisitos. Es importante que la sociedad como un todo entienda la importancia de las mismas, que los adultos empiecen a trabajarlas, que se entiendan desde el Ministerio de Educación como una prioridad para mejorar la calidad educativa y la calidad de vida de los estudiantes y que se empiece a trabajar en los colegios con los estudiantes de todas las edades. Las escuelas ya son excelentes laboratorios para que los docentes lideren actividades donde los estudiantes exploran, discuten y resuelven problemas con apoyo de sus compañeros, docentes y TIC.

¹ Partnership for 21st century learning

² Partnership for 21st century learning

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Referencias:

Duncan, G.J. & Murnante, R. J. (2014) Restoring Opportunity: The Crisis of Inequality and the Challenge for American Education. Harvard Education Press and The Russel Sage Foundation.

http://www.p21.org/our-work/p21-framework