Ciencias de la Educación

12 de agosto de 2020

Escuela y medios de comunicación

Rocio Quintero Gil

El lenguaje es un instrumento mediante el cual se recogen las experiencias y el conocimiento. Es además la forma como se establece la interacción con el otro. Esa comunicación posee una intención, que en general es la de manifestar mi propia interpretación de la realidad o emitir un mensaje deliberado. Lo anterior significa que la comunicación es importante en tanto es mediadora y creadora de conocimiento. Así es como las sociedades construyen una realidad desde las diversas fuentes de información, tal como menciona Thomson (1998): los mensajes mediáticos se elaboran en el discurso y se comparten con otros individuos que no necesariamente han participado en el proceso de recepción.

En esta realidad de la que se habla, se insertan las movilizaciones y el Paro Nacional del pasado 21 de Noviembre, un caso particular que representa el descontento de los colombianos frente a diferentes reformas gubernamentales en el sistema de pensiones, condiciones laborales, privatizaciones, y tarifas de energía, entre otros, lo anterior suscitó que se convocará la protesta social, desde las organizaciones sindicales, sociales, estudiantiles y políticas para la reivindicación de los derechos. Tal como lo menciona la British Broadcast Corporation BBC (Redacción, 2019) todo lo anterior estuvo alimentado por las redes sociales, las cuales se convirtieron en el instrumento mediante el cual se logró la confluencia de diferentes actores del contexto social. Así mismo y ante la tensión que se daba por esos días ante la jornada de movilización, el gobierno colombiano desmiente a través de los medios la información de la reforma pensional y tributaria, además insistiendo en que la movilización es parte de una estrategia por desestabilizar a las democracias de América Latina, aludiendo a otras protestas existentes en Chile, Bolivia y Ecuador.

Ante este panorama nacional, la educación no puede aislarse del contexto político, económico y social, pues ella se consolida dentro de la sociedad como una institución capaz de brindar herramientas tanto de tipo personal, como de inserción al mundo social, no sólo desde la óptica de la globalización y los procesos consecuentes de esta, sino que además debe formar un ser humano cada vez más preparado para tener una posición crítica y reflexiva de su entorno. Esto último se convierte en pieza clave de los procesos de enseñanza – aprendizaje, ya que los  estudiantes están en expuestos continuamente al poder simbólico, definido por Thompson (1998), como la  “capacidad de intervenir en el transcurso de los acontecimientos, para influir en las acciones de los otros y crear acontecimientos reales” (p. 34). De manera que la educación no puede pasar por alto el entorno en que el sujeto se desarrolla, y mucho menos evadir su papel transformador de la sociedad y la cultura.

En este orden de ideas, y teniendo en cuenta que los niños entran en contacto con los medios desde muy temprana edad, se puede afirmar que la escuela es el principal ámbito de alfabetización mediática, entendido este como la preparación básica para la vida, desde la capacidad de comprender y valorar de forma crítica la información recibida de distintos medios de comunicación. Como se dijo anteriormente, las movilizaciones ocurridas a finales del año 2019 en Colombia tuvieron un componente mediático importante, pero como refiere Thompson (1998), los destinatarios de los productos mediáticos no son observadores pasivos, pues existen diferentes formas de interpretar los mensajes e incorporarlas a nuestra vida. Es tarea de las instituciones educativas, educar para comprender la función de influencia ideológica que tienen los medios, y reflexionar sobre el control político y económico que se tiene de ellos para hacer posible la toma de decisiones.

Por otro lado, es necesario reconocer al estudiante como un individuo capaz de interpretar los hechos que suceden en su contexto y reflexionar sobre ellos para comprender, tal como lo considera Heidegger (1997) en su obra Ser y Tiempo, comprender es un modo de existir, de forma que la hermenéutica se configura en un acercamiento al pensamiento complejo. Así, la hermenéutica debe ser concebida más allá de una opción filosófica, como una metodología para leer la realidad social, que se debe leer e interpretar, de manera que se acreciente la conciencia acerca del significado que se le otorga al lenguaje y a los mensajes que llegan a través de diversos medios.

Educar en la forma como se reciben mensajes de los múltiples medios, sumado al conocimiento que se adquiere por la vía disciplinar, debe permitir que los sujetos evalúen el contexto. Es necesario entonces, diseñar propuestas pedagógicas y dialógicas, que permitan reflexionar sobre lugares comunes resistentes al cambio y acomodados al pensamiento de las masas, es decir, educar en “un proceso de interpretación creativo y contextualizado en el cual los individuos hacer uso de los recursos disponibles para dar sentido” (Thompson, 1998, p. 22), apartando la posición pasiva de recepción que se anida en la ignorancia, el desconocimiento y la manipulación de la información

Por otro lado, actualmente las tecnologías de información y comunicación son variopintas y en esta misma medida el acceso a ellas es análoga con el nivel socioeconómico de las personas, lo que influye en sus prácticas comunicativas. Sin embargo, es necesario que la escuela rompa con esta brecha digital y posibilite igualdad de oportunidades en aspectos socioculturales, de valores y conocimientos para interpretar cualquier tipo de información. De esta manera, la situación económica, social y política de Colombia, en el marco de las movilizaciones, debe abordarse desde la discusión pedagógica, creando un ambiente académico y de interpretación de la información alrededor de los hechos sucedidos, de manera que los individuos aumenten su capital cultural, este último entendido por los usos sentidos que se atribuyen a los mass media.

En conclusión, el proceso comunicativo es una construcción de significado. De esta manera, el receptor debe asumir una posición crítica en el análisis de la información que circula, por lo que se hace necesario educar a los individuos para que asuman una actitud reflexiva de los mensajes que les permitan la toma de decisiones. En este sentido, la escuela es el vínculo para preparar las nuevas generaciones a reducir la interpretación que les aporta el medio, problematizar la información, no definir como certezas lo que reciben y fortalecer el capital cultural, de manera que la información se incorpore a los procesos de enseñanza – aprendizaje para transformarla en conocimientos y resignificarlas.

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Referencias

Heidegger, M. (1997). Ser y Tiempo. Editorial Universitaria.

Redacción. (2019, noviembre 21). Fronteras cerradas y militares acuartelados: ¿por qué el paro nacional del 21 de noviembre genera tanta tensión en Colombia? BBC News Mundo. https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-50483298

Thompson, J. (1998). Los media y la modernidad. Una teoría de los medios de comunicación. (1a. Edición). Paidós.