Ciencias de la Educación

22 de enero de 2018

¿Existe un número de profesores por estudiante en la educación superior?

Existe evidencia científica sobre el impacto de profesores excelentes sobre el aprendizaje estudiantil. En este sentido, se destacan estudios que demuestran que dentro de una misma institución educativa hay gran diversidad en la influencia que tiene sobre el aprendizaje un maestro excepcional y uno mediocre, y estas diferencias subsisten a lo largo de la vida estudiantil (Chetty, Friedman y Rockoff, 2011; Aaronson, Barro y Sander, 2007; Rivkin, Hanushek y Kain, 2005; Rockoff, 2004). Adicionalmente, se ha evidenciado que concentrar recursos en mejorar la calidad docente es más costo efectivo para mejorar el aprendizaje, que invertir en otros insumos escolares (Rand Corporation, 2013; Greenwald, Hedges y Laine, 1996; Krishnaratne).

 

Gabriel Angulo Linero.1.

Existe evidencia científica sobre el impacto de profesores excelentes sobre el aprendizaje estudiantil. En este sentido, se destacan estudios que demuestran que dentro de una misma institución educativa hay gran diversidad en la influencia que tiene sobre el aprendizaje un maestro excepcional y uno mediocre, y estas diferencias subsisten a lo largo de la vida estudiantil (Chetty, Friedman y Rockoff, 2011; Aaronson, Barro y Sander, 2007; Rivkin, Hanushek y Kain, 2005; Rockoff, 2004). Adicionalmente, se ha evidenciado que concentrar recursos en mejorar la calidad docente es más costo efectivo para mejorar el aprendizaje, que invertir en otros insumos escolares (Rand Corporation, 2013; Greenwald, Hedges y Laine, 1996; Krishnaratne).

Si bien la literatura es concluyente sobre la relevancia de la calidad de los maestros sobre el aprendizaje estudiantil, no lo es del todo en torno al número óptimo de estudiantes por profesor. En la educación superior, se considera mejor en términos generales, entre menor sea el número de estudiantes por profesor. De hecho, rankings como el de QS han optado por medir la calidad de la docencia en la educación superior a partir de la relación entre el número de estudiantes por profesor en las instituciones de educación superior (IES) que clasifican. Entre menos estudiantes haya por profesor, las IES obtienen un mejor puntaje. De hecho, el World University Ranking del Times Higher Education (THE) hace una clasificación a nivel mundial de las 100 mejores instituciones de educación superior con la menor cantidad de estudiantes por profesor. En la versión 2017 de dicha clasificación, en los primeros lugares sobresalen instituciones enfocadas a la investigación con una preeminencia en el área de la formación médica que tienen una relación de un profesor de planta por cada estudiante.

En el caso colombiano los lineamientos de acreditación, clasificados para los programas académicos por nivel de formación (pregrado, especialidades médicas, maestría y doctorado), no determinan en términos generales un número específico de estudiantes por profesor. Por ejemplo, en el caso de los pregrados los lineamientos establecen este tipo de programas deben contar con un número de profesores con “la dedicación, el nivel de formación y la experiencia requeridos para el óptimo desarrollo de las actividades de docencia, investigación, creación artística y cultural, y extensión o proyección social, y con la capacidad para atender adecuadamente a los estudiantes” (CNA, 2013 p.25).  Por su parte, los lineamientos de acreditación de maestrías y doctorado establecen que el programa debe demostrar un número adecuado de profesores de tiempo completo dejando abierta la posibilidad de que dicho número “varíe de un campo de la ciencia a otro” (CNA, 2010. p.21). Finalmente, en el caso de los lineamientos de acreditación de las especialidades médicas es donde el CNA ha ido más allá a la hora de establecer un número específico de estudiantes por profesor cuando concluyen “en forma general el programa debe propender por preservar una relación entre 1 a 3 estudiantes por profesor de tiempo completo” (CNA, 2016. P.35).

La literatura tampoco es concluyente en torno a la relación numérica ideal entre profesores y estudiantes en la educación virtual (Shattuck, 2014). Sin embargo, de acuerdo con la Universidad de Maryland (Lucas, 2015) la cantidad de estudiantes no es relevante sino la forma de instrucción. Moe y Chubb (2010) demostraron que en la educación virtual se requieren menos profesores que en la tradicional. La experiencia de sus investigaciones evidencia cómo los estudiantes son exitosos en su aprendizaje en la educación virtual trabajando más de manera asincrónica que sincrónica. Esto permite que los estudiantes desarrollen en promedio hasta tres cuartos de los cursos sin asistir a una sesión en línea sincrónica con el profesor. Su investigación sugiere que las clases virtuales pueden duplicar en tamaño de las clases presenciales, en tanto los profesores no tienen que asumir todas las responsabilidades tradicionales asociadas con la presencialidad, como la gestión del aula, la supervisión, y la evaluación tradicional. Por lo tanto, concluyen que la educación virtual requiere menos instructores que la educación presencial. 

¿Existe entonces un número específico de estudiantes por profesor? Parece que este número óptimo varía dependiendo del nivel de formación, el área del conocimiento y la metodología de la educación.


  1. Docente investigador de la Maestría en Evaluación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación. Internacionalista de la Universidad del Rosario con Maestría en Derecho internacional público y europeo de la Universidad de Tilburg – Países Bajos. gabriel.angulo@uexternado.edu.co

Referencias

Aaronson, D., Barrow, L., & Sander, W. (2007). Teachers and student achievement in the Chicago public high schools. Journal of Labor Economics, 25 (1), 95-135.

Chetty, R., Friedman, J.N., & Rockoff, J.E. (2011). The long-term impacts of teachers: Teacher value-added and student outcomes in adulthood. Cambridge, Massachusetts: National Bureau of Economic Research.

Consejo Nacional de Acreditación -CNA. (2016). Lineamientos para la acreditación de especialidades médicas. Sistema Nacional de Acreditación.

Consejo Nacional de Acreditación -CNA. (2013). Lineamientos para la acreditación de programas de pregrado. Sistema Nacional de Acreditación.

Consejo Nacional de Acreditación -CNA. (2010). Lineamientos para la acreditación de alta calidad de programas de maestría y doctorado. Sistema Nacional de Acreditación.

Greenwald, R., Hedges, L. V., & Laine, R. D. (1996). The effect of school resources on student achievement. Review of educational research, 66 (3), 361-396.

Hanushek, E. A. (2011). The economic value of higher teacher quality. Economics of Education Review, 30 (3), 466-479.

Lucas, H (2015). Technology and the Disruption of Higher Education: Saving the American University. North Charleston, Carolina del Sur: CreateSpace Publishing.

Moe, T & Chubb, J (2010). Liberating Learning: Technology, Politics, and the Future of American Education. San Francisco, California: Jossey-Bass.

RAND Corporation. (2013). Teachers Matter: Understanding Teachers’ Impact on Student Achievement. Recuperado el 18 de enero de 2013 de http://www.rand.org/education/projects/measuring-teacher-effectiveness/teachers-matter.html

Rivkin, S.G., Hanushek, E.A., & Kain, J.F. (2005). Teachers, schools, and academic achievement. Econometrica, 73 (2), 417-458.

Rockoff, J.E. (2004). The impact of individual teachers on student achievement. Evidence from panel data. American Economic Review, 94 (4), 247–252.

Shattuck, K. (2014). Assuring Quality in Online Education: Practices and Processes at the Teaching, Resource, and Program Levels (Online Learning and Distance Education). Sterling, Virginia: Stylus Publishing.