21 de febrero de 2019
La formación de maestros de contextos rurales: experiencias desde la Facultad de Ciencias de la Educación
Roberta Flaborea Favaro
Martha Liliana Jiménez
Colombia es una nación diversa, llena de desafíos y retos educativos en las zonas urbanas. Hay otros retos que poco están visibilizados en la zona rural del país, la gran parte de la nación. Frente a lo anterior, ¿cómo se puede promover la formación pedagógica de los maestros que trabajan lejos de las ciudades, donde existe la gran parte de la oferta?, ¿cómo pueden seguir formándose los maestros si no tienen acceso fácil a la universidad?
Muchas podrían ser las posibilidades: participar de cursos virtuales, realizar la formación en servicio, entre otros tipos de formación alternativa que podrían satisfacer a las necesidades de los maestros que se desempeñan en la zona rural. Partiendo de lo anterior, la Facultad de Ciencias de la Educación, a raíz de la convocatoria de becas del Ministerio de Educación Nacional, desarrolló un programa que tuviera en cuenta este público y sus necesidades reales, así como sus posibilidades de cursar un programa de maestría.
La Maestría en Educación, en modalidad profundización, apunta a apoyar a los profesores que tienen inquietudes sobre cómo ofrecer a sus estudiantes una educación distinta, de forma que tengan la posibilidad de desarrollarse en otros parámetros y con posibilidades de crecer en su comunidad como agentes transformadores de la realidad. Como su nombre lo indica tiene como énfasis la didáctica de las disciplinas (matemáticas, ciencias sociales, ciencias naturales y lenguaje), de manera que la formación de los maestrantes, en dominios que les permitan mejorar sus competencias disciplinares y profesionales, transforme sus intervenciones pedagógicas en la escuela. Así, se espera que el estudiante de la maestría reflexione sobre su quehacer cotidiano, profundice en el conocimiento de su realidad educativa y fortalezca sus competencias en la enseñanza de una de las cuatro disciplinas.
Para este momento ya llevamos tres promociones graduadas, y comenzamos con la cuarta. El proceso de la maestría de las primeras cohortes nos enseñó mucho. Después de cuatro semestres de intensas emociones, de acuerdos y desacuerdos, de confrontaciones con lo teórico y las realidades de los maestrantes, llegamos a reflexiones pedagógicas que nos ofrecieron elementos de cambio. Uno de ellos, y posiblemente el principal, fue el entender que los estudiantes (tanto los de la maestría como los que estos atienden) son diversos, que aprenden de maneras distintas, y, por tanto, como maestros debemos actuar frente a una gran potencialidad de aprendizajes. Esto lleva a repensar las formas de enseñanza y tener una gran variedad de estrategias pedagógicas que alcancen a todos los estudiantes y que impulsen sus procesos de aprendizaje.
Además, los maestrantes empezaron a entender a la comunidad como elemento esencial de la realidad de sus estudiantes. Por lo tanto, tuvieron en cuenta la lectura de las necesidades de la comunicad educativa y el impacto frente a ella. Como ejemplo, podemos apuntar a dos profesores de la maestría que hicieron un proyecto de la radio de la escuela, de manera transversal entre el profesor de Bachillerato y la profesora de lenguaje de primaria de una escuela multigrado, involucrando también a los padres de familia.
Como se puede observar, fue un gran reto tanto para la facultad, como para los estudiantes de la maestría. Pero los retos dieron frutos que impactaron no solo a la vida de los estudiantes, sino a toda la comunidad escolar. Esto es la misión de la facultad: impactar y cambiar la sociedad para su transformación social. Estamos orgullosos de esta nuestra labor.