Ciencias de la Educación

9 de marzo de 2020

LA HUMANIZACIÓN, UNO DE LOS RETOS DE LA EDUCACIÓN ACTUAL

Ronald Mora Cruz

La sociedad contemporánea se caracteriza por ser una sociedad cada vez más deshumanizada, donde los avances en la tecnología, las TIC y las relaciones entre los individuos derivan en el egoísmo, el individualismo y la competencia. Por esta razón, la sociedad necesita un cambio estructural que devuelva al ser humano su condición de pilar fundamental de las prácticas cotidianas. La educación debe ser la llamada a generar estos cambios, ya que es allí donde se forman los futuros ciudadanos y se fomentan los valores necesarios para la convivencia. Para ello se deben estructurar currículos inclusivos, donde las relaciones de poder se redefinan y se centren en la igualdad, la equidad y la solidaridad. Es en este sentido que debemos preguntarnos qué saberes necesita la sociedad actual y cómo están respondiendo las diferentes pedagogías emergentes ante este desafío que exige la sociedad actual.

Es necesario redefinir el norte de la sociedad para promover el fortalecimiento del ser humano como su eje central. Esta visión humanista se ve bastante distante en el mundo actual: vivimos en un mundo cada vez más dominado por el consumismo el cual pretende formar sujetos acríticos y situar la economía como eje central. Al respecto, Bauman (2013) sostiene que estamos “en una situación en la que se nos incentiva y predispone a actuar de manera egocéntrica y materialista, porque esta clase de comportamiento resulta indispensable para conservar la buena marcha de nuestro tipo de economía, la economía consumista” (p. 39). Las relaciones sociales del siglo XXI están mediadas por relaciones de poder enfocadas en la reproducción de una ideología basada en las lógicas del mercado donde el ser humano se convierte en una pieza más dentro de un gran engranaje, pasando así a ejercer un rol secundario en la sociedad.

En este sentido, el sistema educativo, al ser uno de los primeros espacios de socialización y donde se fomentan los valores que el ser humano necesita para vivir en comunidad, debe generar aquellos cambios de paradigma encaminados hacia la formación de ciudadanos con una visión humanista que los empodere para volverlos al centro de todas las dinámicas sociales.

Respondiendo a este reto, se crean pedagogías contemporáneas que fomentan el empoderamiento del ser humano. Por ejemplo, la escuela alemana Waldorf Micael creada en 1919, la cual representa “una de las apuestas más innovadoras a favor de la educación integral y humanista, que impulsa el desarrollo del ser humano en toda su globalidad” (Carbonell, 2015, p. 272). Esta escuela se basa en la interacción del ser humano, en el reconocimiento de sus potencialidades y en la comunicación con los demás por medio del arte y del movimiento del cuerpo. Por otro lado, Paulo Freire (1970) propone la pedagogía liberadora que considera que las personas “son seres humanos nacidos para la transformación y no para la mera adaptación.” (Carbonell, 2015, p. 67). El verdadero sentido de la educación consiste en brindar al ser humano las herramientas para adquirir una conciencia crítica que le permita trascender su realidad y transformarla, rompiendo con los esquemas sociales imperantes en su entorno (Freire, 1970). Esfuerzos como estos, entro otros, deben servir para ubicar una vez más al ser humano por encima de cualquier dinámica económica y para convertirlo en actor principal del mundo.

En este sentido, el currículo se convierte en una herramienta fundamental para esta tarea, ya que este pasa de ser el conjunto de programas y contenidos a un producto de acuerdos colectivos para resolver el qué, para qué y cómo educar en el contexto del proyecto de sociedad que se aspira construir (Tedesco, 2013). Es esta la función del currículo: enfocarse en generar las herramientas necesarias para formar ciudadanos más humanos, con mejores capacidades para relacionarse con sus pares con el objetivo de transformar su contexto basado en una visión más humanista.

En conclusión, estamos en un mundo cada vez más deshumanizado y donde el consumismo deviene parte fundamental de dichas relaciones. Sin embargo, la escuela, a través de diferentes pedagogías emergentes ha tratado de hacer frente a dicha problemática. Para que estas pedagogías cumplan su objetivo, deben generar las herramientas que consoliden innovaciones curriculares que promuevan transformación en el ciudadano y posicionen al ser humano como pilar central de la sociedad.

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Referencias

Bauman, Z. (201). Sobre la educación en un mundo líquido. Barcelona, España: Ed. Paidós.

Carbonell, J. (2015). Pedagogías del siglo XXI. Barcelona, España: Ediciones Octaedro.

Freire, P. (1970). Pedagogía del oprimido. Recuperado de: http://www.servicioskoinonia.org/biblioteca/general/FreirePedagogiadelOprimido.pdf

Tedesco, J. (2013). ¿Por qué importa hoy el debate curricular? IBE Working Papers on Curriculum Issues Nº 10. UNESCO.