Ciencias de la Educación

26 de septiembre de 2017

La tertulia viva: el anti-método para la provocación de actos educativos genuinos

Sin la palabra, sin el impulso creativo, sin los sueños, sin humor, y, sin interaprendizaje No existe tertulia viva!!! Esperanza López Reyes

Sin la palabra, sin el impulso creativo, sin los sueños,

sin humor, y, sin interaprendizaje

No existe tertulia viva!!!

 

Autora: Esperanza López Reyes

La mediación pedagógica como impulso para re-imaginar los modos de SER y ESTAR en el mundo, es una manera de fabricar y desarrollar los sueños y consuelos, es un juego de ilusiones con el que cada uno coloniza su espacio, su propio umbral y hace tratos que facilitan el conectarse con el otro, con el entorno y consigo mismo.

Esta re-imaginación se desarrolla a través de procesos de interacción social al que le llamo la tertulia viva. Su esencia educativa se centra en la palabra como unidad de expresión que moviliza las interacciones como acto de presencia y suceso para acceder al conocimiento. Se trata del anti-método, para la provocación de actos educativos genuinos para que lo tácito e intangible de cada uno, se haga explícito y tangible. Esto implica exploración, reflexión y producción creativa de las lecturas del ecosistema personal y profesional a los que pertenecen.

Presento la palabra, la paradoja y los poderes personales como criterios que durante la tertulia hacen vibrar al otro desde las posibilidades y capacidades para la construcción de realidades. Según Maturana (1997) “[…] no hay acción humana sin una emoción que la funde y la haga posible como acto” (p. 23).

La palabra es autorreferencial. En ella se experimenta el interaprendizaje, todo aquello que sucede durante el proceso de interacción para desde allí, potenciar lo que nos interesa resignificar y lo que nos perturba adaptarlo a nuestras necesidades. También es espacio de reflexión, observación e interacción, no pretende convencer al otro de nada, si expresarle preguntas trascendentales, a modo de reflexiones en voz alta, empecinadas en la gente y en la vida. Es un palco desde donde se puede observar el mundo, opinar libremente, donde cada uno expresa sus alegrías, triunfos, preocupaciones y retos y lo transforma desde los sueños.

   En la palabra se experimenta el impulso creativo como necesidad de explorar, fomentando una actitud alerta, y una lectura múltiple de oportunidades para afrontar las crisis favoreciendo la visualización, acción y materialización de los diseños, mostrando formas novedosas de vivir el mundo y expresarlo de modo original.

   En el proceso se hace indispensable conocer al interlocutor, sus creencias, lograr acción crítica pero respetuosa y solidaria, es un proceso participativo por un ideal de bien-estar colectivo desde la capacidad y fortaleza de cada uno.

Según Swimme, (1997) “la única manera de comprender nuestro rol en un

sentido amplio es reinventar lo humano como una dimensión de un universo en despliegue constante” (p. 11 ). Cada uno de nosotros puede ser un participante activo y lúcido en el proceso de evolución cósmica ya que a través de la palabra, desde sus formas, interactúa en y con el ecosistema. De este modo, cada quien decide el tipo de prácticas que pone en juego para resolver los diferentes estados que le propone el mundo tomando en cuenta lo que posee.

En la tertulia se pacta con el caos en su falta de lógica aparente y se matizan los contenidos personales a modo de paradoja: situaciones de tensión, dualidad, confrontación, interdependencia y holismo. El caos como origen del proceso creativo, conduce a situación de frontera para ingresar a lo trascendental y subjetivo, para hacer conexiones sensibles de la naturaleza que antes estaban ocultas. Es un estado espiritual que deja ver una realidad efímera, conexiones momentáneas que marcan una ruta con acciones tonales y resonancias. Como dice Cosachov (2013) “lo creativo es aquello que se deshace para volverse a hacer; lo que aparece para volver representado en otra forma, se vuelve a desvanecer y se re-materializa y así infinitamente” (p.17 ).

   Cada interlocutor posee poderes personales que provocan el acto educativo que movilizan o inhiben las relaciones. La Tertulia es posible en la medida en que las personas involucradas no se sientan amenazadas o invalidadas en su concepción de una realidad cualquiera que esta sea. Las condiciones de aprecio positivo incondicional se destacan como el clima favorable para que pueda darse un intercambio significativo. Algunos de estos poderes son la humildad, la presencia, la empatía, la mutualidad, la participación colaborativa y la vulnerabilidad.

   El resultado de la tertulia Viva… Es “hacer vibrar al otro” o, como decía Kandinsky (1989): “El artista es la mano que, mediante una tecla determinada, hace vibrar el alma humana” (p. 45).

Referencias

Cosachov M.(2013). Entre el cielo y la tierra. Un viaje por el mapa del conocimiento. Ed. Biblos.

Kandinsky, W. (1989). De lo espiritual en el arte. Ed. Premia .

Maturana, H. (1996). El árbol del conocimiento. Las bases biológicas del entendimiento humano. Santiago de Chile. Editorial Universitaria S.A.

Swimme, B. (1997). El Universo es un Dragón Verde. Un relato cósmico de la creación. Santiago, Chile: Ed. Sello azul.

 

Para leer más…

Assmann, H. (2002). Placer y ternura en la educación. Hacia una sociedad aprendiente. Madrid: Marcea, S.A. Editores.

Briggs, J. & Pead, F.D. (1989). Espejo y reflejo: Del Caos al Orden. Barcelona: Editorial Gedisa.

Gallegos, R. (1997). Educación Holista. Mexico: Matiz.

Gutiérrez, P. & Prieto, C. (1996). Mediación pedagógica. Universidad San Carlos de Guatemala.