Ciencias de la Educación

23 de marzo de 2018

Reflexiones y claves para la evaluación de los aprendizajes

La evaluación educativa, especialmente la evaluación de los aprendizajes es uno de los temas más polémicos, álgidos y sensibles en el ámbito educativo. Una de las preguntas que generalmente le asiste a la escuela es ¿cómo mejorar los resultados académicos de los estudiantes? Este interrogante dependiendo de la intencionalidad (pedagógica o técnica), del  momento y del contexto en el que se formule puede, en primer lugar, invitar a los educadores a realizar una reflexión sobre sus propias concepciones y prácticas en relación con la función que cumple la evaluación en los procesos de enseñanza y aprendizaje; y en segundo lugar, develar las debilidades de la escuela y del sistema frente a los compromisos que este último le ha impuesto en función de contribuir a la mejora de la calidad de la educación.

Alexander Ortiz B

Docente Universidad Externado de Colombia

La evaluación educativa, especialmente la evaluación de los aprendizajes es uno de los temas más polémicos, álgidos y sensibles en el ámbito educativo. Una de las preguntas que generalmente le asiste a la escuela es ¿cómo mejorar los resultados académicos de los estudiantes? Este interrogante dependiendo de la intencionalidad (pedagógica o técnica), del  momento y del contexto en el que se formule puede, en primer lugar, invitar a los educadores a realizar una reflexión sobre sus propias concepciones y prácticas en relación con la función que cumple la evaluación en los procesos de enseñanza y aprendizaje; y en segundo lugar, develar las debilidades de la escuela y del sistema frente a los compromisos que este último le ha impuesto en función de contribuir a la mejora de la calidad de la educación.

Es evidente que el concepto de calidad se instaló en la escuela y con ella la evaluación ha cobrado un papel relevante en el campo educativo. La escuela se ha convertido en el escenario en el que la evaluación afecta todas sus dimensiones, no se limita únicamente a lo que sucede con los estudiantes, sino que su foco ha ido más allá, desde la década de los ochenta la preocupación por hacer de este espacio una organización altamente eficaz llevó a los expertos evaluar todo lo que se circunscribe en ella; no obstante, el centro y la preocupación del proceso evaluativo continúa siendo los estudiantes.  De acuerdo con (Guerra, 2017) en la escuela se evalúa mucho, pero se cambia muy poco, esa afirmación nos lleva a reflexionar acerca de lo que sucede en las aulas de clase.

Generalmente las prácticas evaluativas, son prácticas heredadas, es decir, que el docente evalúa de la misma forma como fue evaluado, el interés por este campo es escaso y en algunos casos no hay gusto por comprender el verdadero sentido de la evaluación y lo único que interesa es enseñar. Reynolds, Livingston y Wilson (2006) citado por (López, 2013) reafirman la idea anterior al indicar que a muchos docentes les gusta la enseñanza, pero que una buena parte no está interesada en evaluar a los estudiantes, estos docentes tienden a tener una visión negativa de la evaluación. En muchas ocasiones, esta visión negativa se deriva de experiencias personales.

Si como educadores entendemos la importancia que tiene la evaluación como parte integral del proceso de enseñanza y aprendizaje estaríamos abonando el camino para mejorar las prácticas.  Evaluar es comprender y en ese sentido Stenhouse (1984) indica que la comprensión conduce al cambio, por tanto la evaluación no produce precisamente comprensión del proceso, sino solo medición de resultados, por lo tanto, el docente debería ser un crítico y no un simple calificador. De la evaluación se pueden extraer muchas consecuencias para el conocimiento, el debate y la mejora de la realidad (Guerra, 2017).

De acuerdo con López (2013) lo más importante en el proceso de evaluación de los aprendizajes es seleccionar o diseñar evaluaciones que permitan recoger información útil y válida para la toma de decisiones. A continuación me permitiré presentar seis claves para tener en cuenta en el diseño de una evaluación que permitirán comprender el camino para hacer un buen ejercicio de evaluación con los estudiantes, no obstante, es importante resaltar que esto no es una regla, sino una sugerencia metodológica:

Antes de iniciar es importante recordar que:

  1. La evaluación para los aprendizajes es cualquier evaluación cuya prioridad, diseño y uso es promover o facilitar el aprendizaje de los estudiantes. En ese sentido la acción evaluativa supone una reflexión crítica y dinamizadora sobre el proceso de enseñanza / aprendizaje.
  2. Las prácticas de evaluación se mejoran en la medida que el docente comprenda la importancia que tiene planear y diseñar una buena evaluación.  Recordemos que una buena evaluación es aquella que permite documentar los avances y retrocesos de los estudiantes, además brinda realimentación del proceso y promueve los aprendizajes.

A continuación, se presentan seis claves para tener en cuenta en la planeación y diseño de una evaluación:

  1. Conocer el contexto: identificar el nivel o programa en el que se va a utilizar la evaluación; Identificar las características de los estudiantes
  2. Especificar el propósito de la evaluación: Definir el propósito de la evaluación; tener claridad el para qué de la evaluación; establecer si la evaluación es sumativa o formativa
  3. Definir y describir el constructo de la evaluación: Identificar el contenido a evaluar; definir el nivel de conocimiento; establecer el objetivo a evaluar; determinar el constructo a evaluar (Conocimiento, habilidades, competencias)
  4. Seleccionar la actividad de evaluación: Establecer el tipo de actividad o tipo de formato para evaluar.
  5. Alinear la evaluación: Alinear el tipo de actividad o el formato con el propósito; alinear la actividad con el constructo; coherencia con el objetivo del programa que se está evaluando.
  6. Definir el procedimiento y la forma de calificar: Definir instrucciones y tiempo; determinar si el ejercicio de evaluación será individual o grupal; criterios para calificar la evaluación; uso de los resultados.

Finalmente  y a manera de conclusión es importante tener ecuenta que  la evaluación de y para los aprendizajes se debe asumir como un proceso reflexivo con sentido, al respecto  (Prado & Gutierrez ) expresan que la evaluación tiene que tener sentido para el educador pero sobre todo sentido para el educando, el sentido está tanto en los resultados como en el proceso.

Referencias

  • López. A. (2013) La evaluación como herramienta para los aprendizajes. Bogotá. Magisterio.
  • Pardo C. & Gutierrez F.  (2005) Las siete claves de la mediación pedagógica.  Serie Holografías No3. Universidad de la Salle. Costa Rica.
  • Santos Guerra, M. A. (1996). Evaluar es comprender. Buenos Aires: Magisterio del Río de la Plata.
  • Santos Guerra, M. A. (2017). La gallina no es un águila defectuosa. Evaluación de los alumnos, un proceso de aprendizajes para el profesorado. Bogotá. Corporación Universitaria Minuto de Dios.
  • Stenhouse, L.(1984). Investigación y desarrollo del currículum. Madrid. Morata