Ciencias de la Educación

26 de agosto de 2024

Superar la crisis del antropoceno ¿utopía o necesidad apremiante? 

Deysi Serrato Rodríguez
Marco Antonio Feria Uribe
María Fernanda Téllez Téllez
Martha Liliana Jiménez Cardona

El Antropoceno es una idea que surgió en el siglo XVIII (Trischler, 2017) y toma auge recientemente (Padilla, 2021). Este concepto explica que la actividad humana, mediante la expansión de la civilización, está destruyendo el planeta y las formas de vida, amenazando con extinguir todo lo que posibilita la existencia de la biósfera (Saito, 2022); este desastre se debe a que el crecimiento del capitalismo ha intensificado los procesos de extracción y agotamiento de los recursos limitados que posee la tierra.  

Por lo tanto, Saito (2022), basándose en su interpretación de los últimos escritos de Karl Marx, señala que el capitalismo, en su apogeo, asume que la naturaleza es infinita y, en su búsqueda de maximización de ganancias, ha hecho que el ser humano, con su accionar, destruya la naturaleza y la convierta en fuente de riqueza. Debido a este modo de producción, según el autor, tal destrucción de la naturaleza ha generado una crisis ecológica que se materializa en el cambio climático y en sus efectos sobre la vida en general. 

El cambio climático es un problema contemporáneo que enciende las alarmas frente a los modos de relación que el ser humano ha establecido históricamente alrededor del medio ambiente y lo vivo en general, y que, sin duda, implica el despliegue de varios esfuerzos que se materializan en medidas políticas, económicas y sociales, que no han tenido la incidencia esperada, en tanto se proponen como “soluciones” que atienden a la inmediatez del problema pero carecen de una comprensión sistémica y amplia, pues no se trata  de una: 

…catástrofe ecológica ni un simple desequilibrio de la economía. Es el desquiciamiento del mundo al que conduce la cosificación del ser y la sobreexplotación de la naturaleza; es la pérdida del sentido de la existencia que genera el pensamiento racional en su negación de la otredad. (Leff, 2004, p. IX) 

Así las cosas, la lectura superficial y el lugar común alrededor del cambio climático se reduce a una crisis ambiental; pero, de fondo, se trata de una crisis en las formas de apropiación de lo vivo y de los modos de relación entre el hombre y el ambiente en aras del crecimiento económico. Se ha privilegiado una comprensión del ambiente como recurso para gestionar y explotar, en donde la ciencia y la tecnología han tenido un papel fundamental en la generación de estrategias y técnicas que hacen más eficiente su aprovechamiento bajo la premisa de la búsqueda del bienestar y del desarrollo humano. No obstante, es pertinente cuestionar: qué ciencia y qué tecnología se ponen en funcionamiento, pues se identifica una visión instrumental y moderna de las mismas, que entra en contraposición con discursos más recientes sobre las ciencias en perspectiva plural (pluralismo científico), o alrededor de la tecnología como, por ejemplo, la expuesta por Saito (2022), quien plantea las tecnologías abiertas como “… aquellas que estimulan la comunicación, la colaboración y el intercambio con los demás” (p. 191). 

Por su lado, Eschenhagen (2009) enuncia que el principal obstáculo que existe frente a una comprensión amplia de lo ambiental se relaciona con lo que designa como “la racionalidad instrumental y económica”, aspecto que ejemplifica muy bien Saito (2022) al describir y analizar las tensiones entre las lógicas de desarrollo económico, en clave del capitalismo y del crecimiento vertiginoso de los impactos del cambio climático sobre la vida. De este modo, mientras el lugar predominante de enunciación y preocupación alrededor del ambiente sea la lógica del desarrollo económico capitalista, existirá una visión reducida de este que desconoce aspectos claves del equilibrio dinámico y mantenimiento de los sistemas vivientes, al igual que de las relaciones ecosistémicas que posibilitan la vida en general. 

Bajo este panorama, es importante, de acuerdo con Serrato (2021),  

comenzar a pensar y desplegar prácticas relacionadas con el medio ambiente desde la complejidad, pero, sobre todo, desde una mirada sistémica que permita comprender que éste no se reduce a eso verde o natural que debe ser cuidado o gestionado, sino que se constituye a partir de un entramado de relaciones entre factores biológicos, sociales, culturales, políticos y económicos, que condicionan nuestra mirada frente al mismo. (p. 115). 

Por lo tanto, en el escenario educativo se requiere de enfoques distintos y más significativos, que posicionen la experiencia, la subjetividad y la alteridad para posibilitar otras formas de relación consigo mismo, con los otros y lo otro (vivo-ambiente). 

Para que ello sea posible, se requiere problematizar los estilos de vida actuales, al igual que el activismo y el ambientalismo sin fundamento que existen en los escenarios educativos, y que se vinculan con la lógica del ecoblanqueo que critica Saito (2022). Se requieren acciones que incidan realmente en las decisiones que las personas toman en su vida práctica y en las relaciones que se construyen desde las comunidades pues “…la crisis ambiental no es un problema técnico sino civilizatorio; no se precisa de una respuesta instrumental, sino de una alternativa a ser en el mundo, sin destruir el mundo.” (Leff, 2004, p. 84). 

Desde esa perspectiva, Saito (2022) enuncia que es esencial superar la visión que se tiene del modelo económico actual, que lleva a la destrucción y al consumo masivo, por un modelo sensible al medio ambiente, lo que produciría un cambio de paradigma. Por consiguiente, en la escuela, es fundamental fortalecer el pensamiento crítico de todos frente a estos temas y proponer alternativas de acción que permitan que las nuevas generaciones puedan desligarse del consumismo y sean conscientes del daño que el sistema ha producido en la naturaleza. Así las cosas, resulta fundamental que en los diferentes escenarios educativos se fomente el desarrollo del pensamiento crítico entre los sujetos, estimulándoles a analizar y cuestionar críticamente las estructuras económicas, políticas y sociales que agudizan la crisis climática. Los educadores pueden fomentar la reflexión sobre cómo el sistema económico actual afecta el medio ambiente y a las comunidades. De igual modo, se requiere un abordaje de la situación desde una perspectiva interdisciplinaria. Los maestros pueden integrar conceptos y perspectivas de diversas disciplinas, como la ciencia, la economía, la política, la ética y la sociología, para proporcionar una comprensión más completa y compleja de la crisis climática y sus implicaciones. 

Al respecto, Padilla (2021) afirma que “La insostenibilidad del modelo económico requiere de trabajar a nivel de la conciencia y de las ideas para promover un cambio paradigmático” (p. 37). Siguiendo a Saito, “Para ello, se requiere una perspectiva amplia e integradora” (p. 123), que no se centre en la acumulación desmedida de ganancias a expensas de la naturaleza. En ese sentido, la escuela debe asumir esas realidades y reformarse a través de cambios profundos en su deber ser, no solo en los currículos, en los planes de acción, en las prácticas de aula, o en la evaluación, sino en cómo formar personas que comprendan y asuman el reto de la crisis ocasionada por el Antropoceno, y hacerlo de manera consciente y propositiva, dado que es imperativo, en este momento, buscar soluciones y medidas frente a la destrucción del planeta.   

Referencias

Eschenhagen, M. (2009). Educación ambiental superior en América Latina. Retos epistemológicos y curriculares. 1a. ed. Colombia: Biblioteca Universidad y Ambiente. 

Eschenhagen, M., & Sandoval, F. (2023). La cooptación de la educación ambiental por la educación para el desarrollo sostenible: un debate desde el pensamiento ambiental latinoamericano. Trabajo y sociedad: Indagaciones sobre el empleo, la cultura y las prácticas políticas en sociedades segmentadas, 24(40),81-104.  ISSN-e 1514-6871. http://www.scielo.org.ar/pdf/tys/v24n40/1514-6871-tys-24-40-81.pdf

Leff, E. (2004). Racionalidad ambiental. La reapropiación social de la naturaleza. Siglo XXI Editores. 

Padilla, L. A. (2021). Antropoceno: Sustentabilidad o Extinción ¿Fin de la modernidad capitalista? Instituto de relaciones internacionales e investigaciones para la paz Claip Upaz Universidad para la paz. https://biblioteca-repositorio.clacso.edu.ar/bitstream/CLACSO/171663/1/Antropoceno.pdf 

Saito, K. (2022). El capital en la era del antropoceno. Una llamada a liberar la imaginación para cambiar el sistema y frenar el cambio climático. Sinequanon. 

Serrato, D. (2021, enero-junio). Prácticas y reflexiones sobre el ambiente: miradas desde la formación de maestros de biología. Revista Educación y Ciudad, No. 40, 113-127. https://doi.org/10.36737/01230425.n40.2021.2460

Trischler, H. (2017). El Antropoceno, ¿un concepto geológico o cultural, o ambos? Desacatos. Revista De Ciencias Sociales, (54), 40–57. https://doi.org/10.29340/54.1739